lunes, 28 de julio de 2014

My World Vision-AroundTheWorld-España-Al sur-"La niña y el gato"-Carlos Infante Luna-



My World Vision
-Around The World-

España

Al sur

"La niña y el gato"


Me deslizo por las calles de un pueblo precioso del sur de España que hoy está en fiestas. Voy haciendo alguna que otra fotografía y disfrutando de su gente, de sus casas, del paisaje y de todos sus espacios. Estoy pasando unos días con mi hija Celia. Juntos nos compenetramos bastante bien, ya no es una niña pequeña, tiene diez años y eso se nota, ya lo creo que se nota. Viajamos durmiendo en una furgoneta que he adaptado para esto y también lo hacemos, cuando el tiempo nos deja, en una pequeña tienda de campaña. Ya sé que no es lo más cómodo del mundo pero sí que es lo más económico y también lo más natural. Viajar así nos hace conectar con la naturaleza de una forma más auténtica, más cercana, nos ayuda a estar aún mas unidos entre nosotros mismos y a buscarnos la vida juntos para cualquier cosa. Hacemos la comida en un infiernillo y comemos en el suelo, leemos a la luz de una linterna y charlamos por las noches al lado de una vela. También así nos olvidamos por un tiempo de teléfonos, televisiones, consolas, táblets, ordenadores y demás utensilios inútiles en determinadas circunstancias u ocasiones. Es un poco como volver a los principios de nuestra existencia.
Cada día descubrimos lugares nuevos, nos movemos por todos lados sin prisa, hay tiempo para todo. Hacemos deporte, nadamos, también nos ponemos con los deberes del cole, esa tarea tan necesaria y a veces tan excesivamente desequilibrada que mandan en la escuela para hacer a lo largo del verano, jugamos, nos bañamos, descansamos y de vez en cuando también hacemos alguna que otra fotografía por esos maravillosos pueblos blancos de Andalucía. Todos, absolutamente todos los días, tenemos nuestros momentos de miradas perdidas, perdidas en dirección hacia esa delgada línea que une el azul claro del cielo con el azul turquesa del mar. No hay nada como mirar a ese horizonte en buena compañía.
Mi hija. Celia. Como la quiero.
Juntos disfrutamos y aprovechamos al máximo estos pocos días de verano tan escasos durante el resto del año.
El tiempo vuela y a veces es muy difícil no tomarse estos momentos como una contrarreloj. Por eso también pasamos de relojes y es el sol quien mide las horas.
Estoy captando varias imágenes de algunas calles desiertas cercanas al pequeñísimo puerto que hay en uno de los extremos del pueblo por donde ahora mismo no pasa nadie. Todo el mundo está preparando el comienzo de las fiestas en una pequeña plazoleta que está en la parte opuesta de donde estamos en este instante, muy cerca de aquí, casi al lado.
De repente oigo un maullido, me giro y veo a Celia dando de comer su kebab a un gato. Me encanta la imagen, no me la espero y por eso me sorprende, me agrada sobremanera, es muy bonita, cálida, sencilla y tierna, para mí es una escena muy hermosa. En ese momento tengo dos pensamientos, uno por la vía responsable y paterna que es el de que Celia debe comerse su cena y no dársela a un gato y el otro que me habla de esa belleza interna que tienen algunas personas como ella, esa belleza que hace que aún teniendo hambre y encantándole los kebabs lo reparta con un gato callejero cualquiera que ahora ya no lo es. “Misi” es el nombre con el que bautizamos a este nuevo amigo andaluz. Me quedo con este segundo pensamiento irresponsable y quizás poco paterno pero que sé que en realidad es el que más nos alimenta.
Y pasa la noche, y pasa la fiesta…, y cuando todo termina o quizás empieza nos vamos a dormir a nuestra furgoneta  “cinco estrellas”…
Esa noche soñamos con el estómago quizás un poco mas vacío de lo normal pero con el alma llena, muy llena…

MyW.Vision: Alimentando el alma…


                                                                                                 Carlos Infante Luna.

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