domingo, 14 de febrero de 2016

My World Vision-AroundTheWorld-Anywhere-SHOWCASES-San Valentín-"One more day in the life"-Carlos Infante Luna-



My World Vision
-Around The World-

Anywhere

-SHOWCASES-

San Valentín

"One more day in the life"


Alex salió corriendo de la buhardilla apresurado y muy nervioso, no daba crédito a lo que había sucedido. Lo que pasó ocurrió tan rápido que no le había dado tiempo a asimilarlo. Fue tan solo en un momento, un breve instante, algo visto y no visto...
Caminó sin sentido un buen rato, iba y venía por los paseos del río, y aunque hacía muchísimo frío, sudaba, estaba empapado. Cuando el sudor se secó en su piel se tranquilizó un poco y caminó despacio hacia la plaza. Era de noche, muy de noche, eran las tantas y las calles estaban totalmente vacías. El silencio acompañaba al viento en cada esquina, daba miedo. Al llegar a la iglesia de la Asunción se sentó en uno de esos alargados poyos de piedra que reconocen los culos de toda la peña y encendió un cigarrillo liado. Con la primera calada su cuerpo sintió un gran alivio y un enorme escalofrío le recorrió la espalda sin piedad recordándole que el sudor ya hacia tiempo que se le había quedado frío. Alex acabó su cigarrillo, le dio una última calada y lo aplastó con el tacón de sus botas negras de piel de cocodrilo compradas en una nave asiática, una de esas tiendas de chinos situadas cerca de la salida 17 de algún polígono madrileño. Seguidamente se puso en pie, se subió los cuellos de su viejo abrigo gris de espiguillas raídas por el tiempo y por el abundante uso recibido y se abotonó de abajo hacia arriba con prisa. Alex estaba helado, tenía mucho frío. Ese abrigo nunca le había quedado bien, le hacía parecer un mendigo pero con el se sentía cómodo, se sentía él mismo, era como una segunda o tercera piel, era su amigo preferido. Dio su primer paso dirigiéndose esta vez hacia una calle que un día fue empedrada de piedra y que ahora se llama igual pero es una puta mierda. Tosió, sintió nauseas y también notó como su estómago le susurraba que estaba vacío. Por el camino observó como una chica lo miraba sin parar tras un cristal, su mirada seductora le recordó tantas cosas... que no pudo dejar de mirar abstraído, ensimismado, Alex estaba totalmente ido, hipnotizado por esa dulce mirada. Giró sobre si mismo mirando a su alrededor y seguro de que nadie lo veía se arrodilló ante ese oscuro escaparate que le hablaba de amor, de sexo, de vicio..., acarició el cristal helado con una de sus manos y rompió a llorar. 
Hacia tanto frío...
De nuevo se levantó, encendió otro cigarrillo y esta vez caminó mucho mas deprisa en busca de una taberna situada en la calle Toledo, posiblemente aún siga abierta, pensó. La Moderna nunca cierra, permanece abierta tan solo para curar las heridas que como ella siempre permanecen abiertas, esas heridas  que no cierran, que nunca cierran. Allí encontró lo que necesitaba, los amigos de siempre, algún capullo, una buena conversación, risas y unas cuantas caladas de algo demasiado bueno que le hicieron, por un momento, olvidar lo sucedido.
Por la mañana, de madrugada, Alex volvió a casa un tanto aturdido, ya no tenía frío. De su boca colgaba un cigarrillo apagado. Iba dando tumbos con su abrigo gris de espiguilla ahora abierto del todo, las manos en los bolsillos y las botas de cocodrilo chino manchadas de historias de bar. Sin duda, ahora, parecía aún mas un mendigo, y en parte era así, Alex llevaba mucho tiempo mendigando amor, caricias...
Con los pasos cansados de vivir una noche larga subió hasta la buhardilla donde se alojaba y allí, de nuevo, se encontró con todo el pastel. Desde hacía tiempo, cada día catorce, en su hogar sucedía lo mismo.
Con dificultad encontró la cerradura, dio dos vueltas de llave que hicieron demasiado ruido y abrieron la puerta. La soledad, como siempre, salió a su paso y Alex pasó con paso firme y decidido pero lento, muy lento, quizá esperando algún milagro. Pero no, no fue así, en una esquina encontró, tal y como lo había dejado, el cadáver de un niño con una flecha que le entraba por la sien y le atravesaba la cabeza de lado a lado.

Cupido se había suicidado.

Alex, se acostó con él, a su lado. 




My World Vision: En el día de los desenamorados mendigando amor y sintiendo frío..., mucho frío.

"El día que se suicidó Cupido".








                                                                                                      Carlos Infante Luna.







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