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"Mireia y su corazón"
Cuando llegué con mi furgoneta llena de juguetes y me bajé en aquel descampado mi corazón latía a mil por hora, estaba totalmente revolucionado, cada año me pasa igual. Con la emoción de que pasaría, de si los pillaría en casa o no, respiré hondo y me decidí a llamar, toqué el llamador...
Tras unos breves segundos, Mireia respondió:
-¿quién es?...
-soy Carlos, soy yo
- es Carlos, es carlos...
La manera en que ocurrió todo pero sobre todo su voz me emocionó muchísimo y en menos que canta un gallo se presentaron en la puerta Mireia y sus dos hermanos, Bianca e Isaac. Se tiraron a mi, todo fueron besos y abrazos, también miradas de complicidad, sabían que sus Reyes estaban ahí al lado, que acababan de llegar... Ana, su madre, nos miraba emocionada desde la ventana que estaba situada justamente enfrente de donde se desarrollaba la acción.
Para Mireia cogí un balón, desde el principio, cuando lo vi y me lo dieron los reyes, tenía claro que sería para ella, para Isaac abrí la furgoneta y le dije que cogiera lo que mas le gustara. Entre todo el mogollón, Isaac tan solo cogió un juguete, él sabía perfectamente que había mas niños que esperaban ese furgón y por eso, después de mirarle a los ojos, lo pensé y le dí dos... Bianca ya se ha hecho muy mayor y no le encajaba nada de lo que llevaba, todo era para niños mas pequeños, así que les dejé un juego educativo para que jugaran todos en familia y a Bianca le prometí que en estos días le llevaría un libro, quizá uno de esos que hablan del amor, del corazón...
Con Mireia tengo mas relación que con sus hermanos porque juega al fútbol con mi hija Celia, Celia no juega mal pero Mireia es mucho mejor, es una jugona total, una jugadora de equipo, de esas que luchan sin parar, participa en cada jugada y siempre ayuda sin dudarlo a las demás. En el día a día, en el instituto, es una chica que se comporta igual. Siempre está dispuesta a jugar en cualquier puesto, de defensa, de delantera, alguna vez se ha puesto hasta de portera y no lo hace mal, e incluso, aunque no le hace mucha gracia, está dispuesta muchas veces a chupar banquillo y a no jugar. Nunca ha tenido un mal gesto, ni una mala palabra. Mireia sabe estar, es educada, callada y muy cordial.
Mireia es del Real Madrid y aunque le regalaron un chándal del Atlético de Madrid se lo pone con la misma ilusión porque en realidad eso le da igual, a veces la vida no te deja elegir...
Lo primero que pensé cuando la vi vestida así fue lo que le dije un poco después: "Te queda muy bien Mireia, el rojo te favorece un montón, además tu juegas así, la técnica del Real y el corazón del Atlético de Madrid, de su afición..."
Mireia es una parte muy importante de mi, de mi corazón...
Os quiero mucho familia.
My World Vision: El rojo favorece un montón...
Carlos Infante Luna.
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