viernes, 29 de octubre de 2021

My World Vision -AroundTheWorld- PAKISTÁN Chitral Valley Kalash People Zakia&Carlos MoOn Carlos Infante Luna



My World Vision
-AroundTheWorld-

PAKISTÁN
Chitral Valley

Kalash People

Zakia&Carlos



De ruta por el valle de Chitral, intento encontrar, descubrir la forma de vida de los Kalash.

Subo por un camino de piedra muy empinado, es agotador, llevo la lengua fuera, tengo que parar de vez en cuando para resguardarme bajo la sombra de algún árbol aislado, coger un poco de aire, respirar e hidratarme.

A lo lejos veo como un chavalillo de unos diez años sube por dónde yo ya he pasado antes, un lugar complicado; lleva a su hermana pequeña en brazos, la tiene cogida por delante; pienso, para mi, que sería  mucho más fácil subir con ella a cuestas, así es más difícil, mucho más pesado. 

Lo observo caminar con dificultad, de vez en cuando un tropiezo. No quiero verlo... ¿y si se llegara a caer...?, la niña daría primero en ese suelo empedrado.

Bajo hasta ponerme a su altura. Le digo al chaval que le llevo yo a la niña en brazos y sin pensárselo dos veces me la ofrece; la cría se agarra a mi cuello, no duda ni un solo segundo en cogerme fuerte, en ese instante, más segura, me regala una sonrisa que me deshace por dentro. Me siento el hombre más feliz del universo. Entonces me da por pensar en lo sencillo que es todo en este mundo "tan complicado".

Amín se para en una tienda que hay en mitad del camino para comprar algo, no sé que le han puesto en esa bolsa, lo deben haber mandado desde casa para hacer un recado. Yo compro agua, unos zumos y alguna chuche para él y para Zakia, su hermanita. Nos sentamos en las escalera de madera y allí mismo nos lo tomamos. Zakia no habla casi nada, tan solo emite algunos sonidos muy graciosos, se comunica con la mirada, con sus ocurrentes gestos; sonríe, sonríe casi todo el tiempo para luego quedarse muy seria, totalmente ensimismada, a su bola; me encanta su forma de ser, de comportarse, de cogerme de la mano y decirme que nos vayamos a casa, a su casa. Amín me lo traduce y les hago caso, los acompaño de nuevo, pero ahora vamos camino abajo.

Zakia, ya no quiere caminar, me insinúa que está cansada, yo le digo, en nuestro idioma personalizado, que vaya morro que tiene, nos reímos, pero ella ahora solo quiere mi cuello, mis brazos; yo, en un principio, me hago el duro pero estoy encantado y al final, pues eso..., me hago el blando.

En su casa conozco a una familia con pocos recursos, muy modesta, sencilla, entrañable, acogedora, podría estar adjetivando media hora. No hay palabras para el trato recibido, para sus muestras sinceras de cariño, para el maravilloso regalo que supone para mi su amistad. Pero eso es otra historia paralela...

Es hora de despedirme, debo marcharme ya, se hace tarde, no conozco bien la zona y aún me queda una larga caminata.

Los niños aquí no lloran casi nunca a no ser que se caigan y se hagan daño o algo así parecido. Zakia me coge de la mano y me lleva dentro de su casa, no quiere que me vaya, sus padres le dicen algo, me tira del pantalón con ganas pero le digo que lo siento mucho, que debo marcharme y entonces aunque no llora se enfada muchísimo, frunce el ceño y cruza los brazos de mala gana. Amín la consuela, le acaricia la cabeza.

Me marcho. Camino abajo oigo como vienen corriendo Amín y Zakia, me doy la vuelta, me paro, los tres juntos nos damos un abrazo enorme, precioso, uno de los mejores abrazos que he recibido en mi vida.

Ahora si, nos miramos, los ojos hablan, Zakia y Amín se dan la vuelta y suben por el camino de piedra a casa.  A lo lejos, toda la familia se despide con los brazos en alto. 

No puedo evitar emocionarme, tampoco quiero evitarlo, pienso que es bueno hacerlo.

El camino de vuelta es distinto, ligero, parece que voy flotando...





My World Vision:

Un abrazo de tres.




                                                                                                           MoOn

                                                                                                Carlos Infante Luna

2 comentarios:

  1. Tu sensibilidad es única. Cuando te conocen, todo el mundo te aprecia, igual que esos niños. Un abrazo desde England.

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