My World Vision
-AroundTheWorld-
PAKISTÁN
Kalash
Portrait
"Daud"
Hoy estoy perdido, busco un pueblo Kalash en el que estuve ayer pero no lo encuentro, no hay forma de dar con el.
A Daud me lo cruzo en mi camino; nos hacemos buenos amigos desde el principio. Le pregunto por su espectacular corte de pelo y me comenta que tuvo la visita de un minúsculos bichitos...; al preguntarle si sabe dónde está ese dichoso pueblo que ando buscando me mira raro..., en realidad, yo creo que no me ha entendido, no sabe cuál es el lugar por el que le pregunto, pone caras de extrañeza, de duda y me señala con el dedo a cien lugares distintos de valle, total que intuyo que no tiene ni idea, que no lo sabe o no me entiende nada de nada.... Eso sí, muy listo él, se ha ofrecido a ser mi guía, acompañarme para buscar ese pueblo oculto del que ni él, ni sus coleguillas saben.
La verdad es que nos caemos bien, le he comprado un zumo para el trayecto y algo para echarnos a la boca mientras caminamos río arriba; somos dos verdaderos exploradores, a los que se les suma de vez en cuando algún coleguilla, en busca del pueblo perdido.
Daud me enseña un montón de lugares interesantes situados en plena naturaleza, secretos de la ribera, algunos de los mejores sitios para bañarse donde el agua se queda un poquito estancada y no te lleva; al final nos bañamos con sus colegas (casi pierdo la cámara entre las piedras). Por cierto, el agua está helada.
Por otro lado, Daud me facilita el acceso a las casas de sus vecinos, a la suya propia, me presenta tanto a su familia como a muchos de sus amigos y compañeros de escuela, también jugamos al voleibol en una explanada a más de cuarenta grados. Poco después, cuando más deshidratados estamos, llega un chaval joven con una moto cargada de helados (va recorriendo todos los pueblecitos del valle); sin pensármelo, invito, pues no sé, a mas veinte niños...¿?... a tomarse algo, algunos (muy pillos, tienen cara de ello) se esconden los polos en el bolsillo para así poder repetir su pedido, yo sonrío, los pillo pero me hago el despistado, qué mas da pienso para mis adentros..., quizá aprendamos algo de todo esto..., mientras tanto la vida pasa, es todo tan fácil, tan sencillo, es todo tan bonito, tan divertido.
Me despido de mis niños, me parece buen momento para hacerlo, me gusta dejarlos con un helado en la mano, con buen sabor de boca. A Daud le doy las gracias, un abrazo y un enorme beso en su cabeza pelada; los niños sonríen al vernos, Daud también (los besos aquí no son muy frecuentados).
De camino, río abajo, como a unos dos o tres kilómetros, me encuentro el pueblo Kalash que buscaba; a la ida lo había pasado por delante sin darme cuenta...
Mas tarde, tirado en la cama, destrozado por la caminata, por los juegos, el baño y todas las emociones de este intenso día, miro el mapa y pienso que, sin saberlo, quizá me haya metido al otro lado de la frontera afgana.
En realidad, me da lo mismo, en ningún momento encontré fronteras, barreras,... tan solo encontré el cariño de un niño (y de sus amigos) que en poco tiempo me mostró cómo es su vida entera.
My World Vision:
Daud, mi amigo, mi guía.
Gracias.
MoOn
Carlos Infante Luna

No hay comentarios:
Publicar un comentario