My World Vision
-Around The World-
Amsterdam
"Amigos, la historia de Jorge"
Carlos Infante Luna
Llego al aeropuerto de Schiphol, cojo el bus 195 (4,50 €uros) que me deja en Hobbesmastraat al lado del hostel Van Gogh donde me voy a hospedar, chequeo la habitación con un oriental medio jilipollas y muy mal educado, menos mal que Raquel, una española que trabaja allí, me echa una mano y salimos del paso..., subo a la 101, mi litera es la baja b, no hay nadie en la habitación, me doy una ducha rápida y ordeno mis cosas mientras veo como funciona la pequeña caja fuerte que cada uno tiene junto a su litera y que es donde dejo el ordenador, el billete de vuelta y el pasaporte, entra Jorge, nos presentamos, es un tipo simpático, Paraguayo, hablamos un rato, me dice lo que hace allí y yo le cuento mi trabajo, mi proyecto, le dejo una tarjeta por si acaso quiere ver algo de lo que hago o que mas tarde nos veamos, siempre es bueno, pienso, tener una referencia de alguien en una ciudad extraña aunque no lo conozcas demasiado, nunca se sabe lo que puede pasar..., nos damos la mano y me voy a currar..., adiós Jorge!!, adiós Carlitos!!, Carlitos??, me ha dicho Carlitos..., me voy pensando..., en tan solo cinco minutos Jorge me ha dicho Carlitos, no se por que pero me hace sentir bien, es como irte de casa a dar una vuelta y despedirte de un familiar...
Cada día o cada noche, siempre que coincidía cuando llegaba al hostel o me marchaba por la mañana temprano, Jorge me saludaba, nos saludábamos, me decía: hola Carlitos!!, ¿dónde vas hoy, Carlitos?, ¿que tal tus fotos, Carlitos?, quizás pueda parecer una tontería..., pero para mi no lo es..., el estar lejos de mi casa, de mi familia..., en una ciudad extraña y que me hablara con esa confianza, ese cariño...para mi fue algo importante, me dio calor, ese calor necesario cuando viajas solo...
Con Jorge, recuerdo, tener que aguantar al oriental mal educado y echarnos unas risas a su costa, soportar el mal olor, los ronquidos y las guarrerías que dejaban los chavales australianos de nuestra habitación..., llegar cansado y antes de dormir, nuestras literas estaban al lado, hablar del día, de lo que nos había pasado y mientras hablábamos quedarnos dormidos..., con Jorge, en Amsterdam, tuve un amigo...
El último día, cada uno marchábamos para un sitio, el para Bruselas en tren y yo para Madrid en avión, desayunamos en el hostel y entre risas, nos despedimos del oriental malhumorado, me acompañó para devolver la bicicleta, nos hicimos algunas fotos juntos y nos tomamos yo un café y el una cerveza en Leidse-Plein, sentados en la plaza y hablando del mundo... Jorge es abogado, se ha recorrido medio mundo, su chica tiene un buen trabajo en EEUU, en Washington, allí también estuvo él, trabajando en otro trabajo que no es el suyo, aprendiendo inglés y ahora estaba trabajando por España, en Santander..., en breve hará las maletas y se marchará hacia Paraguay, donde lo esperan...
De Jorge aprendí muchas cosas, entre ellas y quizás él no lo sepa, a ser muy humilde en la vida, da igual tu trabajo, tu profesión, tu nivel de inglés o lo que seas..., recorres el mundo de hostel en hostel con humildad, con palabras agradables, con delicadeza...y te das..., te das a los demás...,aguantas todo lo que te echan sabiendo estar, con dignidad...
Gracias Jorge por tu amistad, por tus palabras, por tu calor y sobre todo por llamarme "Carlitos"..., me diste mucho mas de lo que podía esperar...
Un abrazo muy grande amigo, espero que tu aventura por el mundo vaya bien...
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