martes, 2 de julio de 2013

My World Vision -Around The World- "I am sterdam" - Carlos Infante Luna -



                                                   My World Vision
                                                 -Around The World-

                                                     "I amsterdam"

                                                  Carlos Infante Luna

Amsterdam..., quizás sea de esas ciudades con las que siempre he soñado..., para mi volver a Amsterdam es volver a soñar..., es cargar mis baterías para afrontar la vida..., he vuelto varias veces y mientras pueda seguiré haciéndolo porque esta ciudad tiene algo especial que siempre me atrapa y que no me deja escapar..., es algo que siempre insiste dentro de mi, me engancha y me llama..., me enamora cada vez más, un poco más...y me vuelve loco...
Cuando apenas era un crío, con doce o trece años, tuve la oportunidad de viajar a Holanda, a Hilversun, un pequeño pueblecito cerca de Amsterdam en el que pase una temporada, allí vivían mis tios Bill y Carmina, empezaban una nueva vida con sus dos hijas, mis primas Clara y Dana, todos los recuerdos que tengo de allí son buenos..., desde el primer momento, la forma de vivir, de pasar el día, la manera de relacionarse, de comunicarse..., me cautivó..., venía de vivir en España los últimos años del régimen franquista y todo era nuevo para mí..., no solo me fascinaba la belleza del lugar, el verde, las flores, los canales, calles, casas, parques..., también y sobre todo, me llamaba muchísimo la atención las costumbres..., Bill y Carmina me dieron desde el principio toda su confianza y recuerdo que en una ciudad que para mí aún era extraña llevaba a Clara y a Dana (a las dos juntas) siendo unos bebés a la guardería en bicicleta, me llamaba mucho la atención la amabilidad de sus profesoras, la forma de jugar, de educar, el respeto..., todo era distinto, especial..., no se me olvidará nunca cuando llegaba la hora de comer, como se sentaban a la mesa con nosotros, se les trataba como un adulto más..., les poníamos un babero gigante y el plato de comida, la cuchara, el tenedor y el cuchillo, no sabían utilizarlos pero al vernos, nos imitaban, lo intentaban y comían con el tenedor, con la cuchara...con ambos a la vez...,y por supuesto que la comida se  les caía, lo cogían con la mano y a la boca...pintando sus labios, venga una y otra vez, cada vez, cada día, cada comida, así poco a poco  iban aprendiendo y realmente aprendían..., era muy gracioso porque acababan de comida maquilladas hasta arriba...Nada de forzarlos a comer..., comían lo que su cuerpo les pedía... Cuando las pasaba a recoger por la tarde de la guardería, si hacía buen tiempo, nos íbamos dando un paseo en bici a algún parque rodeado de canales, nos sentábamos en la hierba y así pasábamos el tiempo, merendando, dándole pan a los cisnes, a los patos..., un poco antes de que se fuera el sol volvíamos tranquilamente a casa por las calles adoquinadas en rojo  y veíamos a través de las ventanas de las casas como los vecinos encendían las luces, leían un libro, preparaban la cena y arreglaban el jardín o la terraza..., la vida se veía a través de cada ventana, en Holanda no hay persianas, se aprovecha al máximo la luz pero sobre todo yo veía que la luz hacía  transparente a las personas que habitaban las casas...
Todo el mundo colaborábamos en las labores de casa, preparábamos la cena y cenábamos temprano sobre las cinco y media o seis de la tarde, era la comida fuerte del día, después hasta que se hacía un poco más de noche, dábamos un paseo, jugábamos o charlábamos un rato, en casa se hablaban tres idiomas, holandés, inglés y castellano por lo que Clara y Dana crecieron aprendiendo los tres a la vez y al día de hoy hablan  esos tres y alguno más...
Los fines de semana aprovechábamos para ver distintas ciudades, Delf, Marken, Volendan..., algunos, no todos..., bajábamos de visita a Amsterdam..., el transporte público creo recordar que para todos los residentes en Holanda no costaba nada... Cuando llegué por primera vez a la ciudad fue cuando la miré y me enamoré, directamente me enamoré de Amsterdam, fue un amor a primera vista, me gustaba todo, me enamoré del ambiente, de los canales, los tranvías, de las bicicletas, de su gente..., Bill y Carmina me enseñaron todo, absolutamente todo, montamos en barco por los canales, visitamos museos, parques e incluso de día el barrio rojo donde recuerdo perfectamente como las prostitutas nos sonreían, se paraban y hacían gracias a las niñas..., no eran las prostitutas de España..., iban medio desnudas por la calle a plena luz del día, con buen rollo, con simpatía, con otra alegría...
Después de aquel tiempo..., he vuelto varias veces más...
Decidí seguir con el proyecto My World Vision "Around The World" en Amsterdam porque lo necesitaba, necesitaba volver y cargar las baterías para poder continuar con fuerza y entusiasmo, quería contar lo que vi hace años y lo que he visto ahora porque aunque la ciudad  me enamora igual es distinto ver que fotografiar, es diferente intentar captar el alma de la ciudad para uno mismo que para que lo vea la gente, para que lo vean los demás...
Llegue a Schiphol, el aeropuerto de la ciudad, cogí el 197 que es el bus que por 4 €uros me dejó cerca del Hostel Van Gogh (78 €uros 3 noches) que está al lado del museo del gran pintor , exactamente me dejó en Hobbemastraat junto al Rijksmuseum donde están estas letras de "I amsterdam" que hacen las delicias de todos los turistas, todo el mundo para allí a hacer fotos..., me hizo gracia que esto fuera así y en mis primeras horas en la ciudad pase un rato divertido viendo las gilipolleces que todo tipo de turistas hacen para posar entre las letras..., debo incluirme..., no sería muy legal si no lo hiciera..., yo también caí en la tentación...y antes de chequear en el hostel fotografié ese mensaje que me esperaba, y no por casualidad, a mi llegada :"yo soy Amsterdam..." y así fue..., así es como me siento y así es como os lo iré contando y os lo contaré...porque "I amsterdam"...

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