domingo, 1 de mayo de 2016

My World Vision-AroundTheWorld-ESPAÑA-Madrid-FOTOPERIODISMO-Iglesia de San Antón-"Mensajeros de la Paz"-Carlos Infante Luna-



My World Vision
-Around The World-

ESPAÑA

Madrid

FOTOPERIODISMO

-Iglesia de San Antón-

"Mensajeros de la Paz"


Lo que vi en Madrid estos días fue mucho mas allá de unos cafés calientes y de unos bocadillos entregados en mano a cada persona indigente que entraba en la parroquia...

Lo que vi allí fue algo tan bonito que es digno de contar.

Percibí que toda esa gente que tiene hambre también tiene nombre y sienten la gran necesidad de oír de vez en cuando como el mismo sale con respeto y cariño de la boca de otro individuo, de notar como se pronuncia, como se entona... Recuerdo que hubo un chico que, entre lágrimas, un día me dijo "no sabes cuanto tiempo hace que no me llaman, que no oigo mi nombre". Entonces me desplomé. Comprendí algo en lo que nunca había caído, entendí algo muy importante en lo que jamás había pensado, la invisibilidad del ser humano.
Lo que he sentido en estos días me ha llegado tanto al corazón, me ha tocado tan adentro, que enseguida me he dado cuenta de que hay gente buena de verdad, gente que se entrega a los demás sin obtener nada a cambio, o quizá no, quizá no sea del todo así y lo que obtienen estos héroes de la calle Hortaleza de Madrid es el tesoro más valioso del mundo, el amor, la amistad, el cariño y el respeto mas profundo de todos los demás, me atrevería a decir que de toda la humanidad.
Me siento muy feliz y muy orgulloso de haber estado allí, de haber conocido al padre Ángel, a algunos mensajeros de la paz como Isidro, Marisol, Jennifer, Luis Fernando y Willy entre otros. Me siento muy bien de haber interactuado con muchísimas personas necesitadas, siempre tratadas con el máximo cariño y respeto como Pepe, Bogdam, Cristina, Paco, Antonio, María, Roberto, Ioana, Catalín, Lonela...
Ver trabajar a estos mensajeros de la paz con tanta humanidad y delicadeza, con ese amor hacia los demás es algo que me ha pellizcado el corazón fuertemente y me ha dado la oportunidad de volver a creer en el ser humano, de pensar que aún no está todo perdido y que siempre, de alguna manera, se puede ayudar.
No voy perder mas el tiempo. A mi manera y dentro de mis posibilidades voy a hacerlo ya.

Un cálido abrazo para mis amigos de las calles y para los que cada día pronuncian sus nombres.

Gracias, una vez mas, por hacerme creer que todo es posible.




My World Vision: Dime como te llamas, dime tu nombre...






                                                                                                        Carlos Infante Luna.










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