viernes, 7 de diciembre de 2018

My World Vision -AroundTheWorld- HOLLAND TwoAroundTheWorld -Travel Photography- "La ruta de Thijssengracht" Moon Carlos Infante Luna



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HOLLAND

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-Travel Photography-

"La ruta de Thijssengracht"


       No necesitábamos una razón especial para descubrir Holanda... 

    En el corazón, tiempo atrás, nos ilusionaba ahorrar y preparar el viaje poco a poco, sin prisa. Cualquier aventura comienza mucho antes de salir, lo vas cocinando a fuego lento en tus sueños, en tu cabeza...Teníamos claro que debíamos hacerlo con mimo y delicadeza para conseguir viajar de una forma sencilla en nuestra furgo-hogar y que los kilómetros fluyeran suaves y con ritmo. Nos apetecía vivir una experiencia intensa y única, hacerlo muy unidos, escribir sobre ella y fotografiar los detalles del camino que nos parecieran más interesantes y atractivos.

     Gracias a Paolo, un chico italiano que conocimos en el pueblo de Giethoorn donde Gerrit y Meike (un matrimonio mayor) nos cedieron por un tiempo su trocito de parcela para pasar las noches, descubrimos la ruta de Thijssengracht. La ruta, en sí misma, no existía, la inventamos nosotros mismos. Thijissengracht no es un lugar habitual por donde pasen los turistas, tan solo lo hace la gente de los pueblos cercanos que van en bicicleta a trabajar en las granjas situadas entre los numerosos lagos y canales. El camino solitario y lleno de vida nos atrapó; disfrutamos del vuelo de miles de aves, del murmullo del agua que fluía por los distintos canales, animales acuáticos, un arco iris a cada palmo, el rojo, el azul, el amarillo, el verde de los campos y de las flores silvestres, ese olor a naturaleza densa y emergente. Estábamos disfrutando de un bonito sueño. El cautivador silencio del lugar potenciaba todos los sonidos. De vez en cuando, el ronroneo de la cadena de alguna bicicleta que circulaba perdida por los caminos de barro rompía el orden natural de la propia naturaleza y nos ponía alerta. La poca gente que pasaba a nuestro lado nos saludada con el brazo en alto como si nos conocieran de toda la vida, entonaban un ¡¡Hi, goedemorgen!! y nos regalaban su enorme sonrisa.

     Al salir de una curva cerrada nos encontramos de cara con los restos de una caseta de feria; sin saber muy bien por qué, nos pareció un regalo maravilloso. Paramos para echar un vistazo y curiosear que había por ahí dentro. Lo pasamos en grande inventando un mundo fantástico. Todo desentonaba tanto con ese entorno tan natural y, a la vez, era tan extraño, alucinante y mágico que decidimos quedarnos un tiempo y montar allí mismo nuestro pequeño campamento base.

     Una de nuestras mejores aventuras había comenzado.

     No necesitábamos una razón especial para descubrir Holanda... 



My World Vision:

Restos de feria, retales de un viaje.





                                                                                                             Moon

                                                                                                 Carlos Infante Luna

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