jueves, 24 de julio de 2014

My World Vision-AroundTheWorld-España-"Una noche al sur"-Carlos Infante Luna-



My World Vision
-Around The World-

España

"Una noche al sur"


Viajo hacia el sur…

Encuentro un pueblecito blanco aislado, habitado sobre todo por marineros de bajamar con rostros duros, agrietados por la brisa marina y muy morenos del intenso sol sureño. Hombres y mujeres curtidos por los años, envejecidos antes de tiempo. Gente de la mar. Un lugar de pocos habitantes en verano y de aún muchos menos en sus inviernos desolados donde a veces da la sensación de ser un pueblo abandonado, olvidado de todos y por todos menos por el sol, el calor, la sal, por ese olor tan agradable a sur que lo hace todo tan auténtico y que se mezcla de una manera perfecta con el color blanco de sus casas eternamente colgadas de ese azul intenso del cielo y de un mar que no espera, que nunca espera. La mar para los que entienden de esto. Marineros de miradas duras y perdidas, desnudas ante la naturaleza, ante la vida.
Esta tarde circulo por una de esas carreteras secundarias que son una maravilla, van bordeando la costa, serpenteándola de una forma vertiginosa entre curvas y acantilados de gran altura. A cada kilómetro el paisaje va mostrándome sus contrastes de luz, los diferentes azules del mar y del cielo, las formas de sus rocas ahuecadas entrando en el agua salada, oxigenándola con cada ola y llenándola asi de vida.
La vida del sur…
Pura vida.
He querido hacer algunas fotografías de la zona antes de que se fuera el sol y he ido parando por distintos lugares que me parecían bonitos, interesantes… La verdad es que me he ido parando a cada momento, a cada instante. Y cuando estaba llegando la noche, casi sin darme cuenta, me he encontrado aquí, en este pequeño pueblo metido en el mar e iluminado un poco más normal por el comienzo de sus fiestas.

Nada mas bajarme he notado el calor de su gente, ese maravilloso ambiente cordial, cercano, natural, receptivo, abierto a cualquiera, entrañable para cualquier forastero que se acerque para festejarlo, para tomar algo. Abuelos, padres, madres, niños…, a cualquiera de ellos si les das conversación no dudan en escucharte y en hablar contigo, son amables, te cuentan sus cosas, sus chascarrillos, las cosas del pueblo, sus costumbres, las historias de su gente. Y así, poco a poco, hablando, riendo, haciendo amigos te vas sintiendo mejor, entras sin ningún problema en sus círculos, te sientes totalmente integrado y metido en su ambiente. 
Entonces, de repente, el señor Antonio, un hombre mayor, muy moreno y con barba blanca que está descalzo y lleva puesto un sombrero de paja, una camiseta de rayas sin mangas llena de manchas y unos vaqueros cortos hasta la rodilla se rasca la espalda, se pone sus chanclas y se levanta. Una vez puesto en pie, no sin un gran esfuerzo, el señor Antonio dice a voz en grito “vamos tos pa la plaza…” y "pallá" que vamos "tó" el mundo sin rechistar..., mujeres, hombres, niños, abuelos, pequeños, mayores, turistas, forasteros, gente del pueblo, marineros..., todos nos juntamos con la banda de músicos que están terminando de cenar en una pequeña plaza adornada con bombillas de luz cálida y que a su vez están situadas de forma concéntrica a lado de un minúsculo escenario colocado en lo alto de una pequeña terraza. Una plaza mágica colgada de una roca junto al mar, hecha de casas blancas, chiringuuitos de caña y luces cálidas. Las vistas son magníficas, únicas, te hacen soñar... Los músicos se ponen en pie, apuran sus cafés y sus copas, se cuelgan los instrumentos a la espalda, suenan las primeras notas y empieza a tocar la orquesta al ritmo de ese auténtico "chin pun" de pueblo. Algunos músicos aún llevan el cigarrillo de "después" en la boca, lo van apurando con caladas largas al final de cada estrofa... y en ese preciso instante, desde ese primer momento, en cuanto comienzan a sonar los primeros acordes, todo el mundo empieza a bailar con alegría, con gracia, sin vergüenza alguna, todos con todos, da igual, todo son risas y bailes, acordes hasta alta horas de la madrugada. Esta noche todo vale, no hay reglas, no existe el tiempo...

Una noche al sur me sentí como en casa...

MyW.Vision: Las fiestas del pueblo..., esas de siempre...


                                                                                               Carlos Infante Luna.

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