martes, 15 de marzo de 2022

My World Vision -AroundTheWorld- ÁFRICA SUDÁN DEL SUR "Niños-Vaca" MoOn Carlos Infante Luna





My World Vision
-AroundTheWorld-

ÁFRICA

SUDÁN DEL SUR

"Niños-Vaca"


En la Tribu de los Mundari, los niños más pequeños se encargan de cuidar de los animales de menor tamaño: cabras, algún perrillo, incluso se hacen cargo de algunos terneros recién nacidos a los que facilitan su proceso de amamantado con mamá vaca; el caso es que así, poco a poco, según van creciendo, adquieren más responsabilidad dentro del núcleo social de la tribu, para más adelante pasar a ser los responsables del cuidado de las vacas más grandes; el animal por excelencia, el de mayor valor, base principal de su economía y subsistencia. La vaca es mucho más valiosa que la moneda local, la Libra sursudanesa. 

En este periodo de tiempo, el niño o niña (que no tiene nombre de pila) pasa a tomar el nombre de su vaca preferida. Al hacerse adulto deja este nombre y la tribu lo bautiza como la persona que ya no tiene el nombre de su vaca. Hay muchas curiosidades de este tipo, algunas son leyendas tribales, otras no lo son tanto, el asunto es que al final terminan mezclándose unas historias con otras.

Este niño-vaca y dos de sus amigos o hermanos, mas o menos de la misma edad (un poquito más pequeños) han venido esta noche al lugar de acampada, a unos doscientos metros de su Cattle Camp. Estamos muy cerquita. Al principio observaban todo a distancia, con cierto respeto; pero son niños y la curiosidad (también la necesidad) es mayor que el miedo o la vergüenza, así que en cuanto les he dicho que se acercaran lo han hecho sin dudarlo un segundo; este momento se ha convertido, para mi, en uno de los más bonitos de esta maravillosa aventurilla sudanesa. 

Los tres chavales están sentados a mi lado, les he colocado unas cómodas sillas de camping; el más pequeño desde el principio no quería su silla y se ha sentado conmigo. Charlamos como podemos, palabras, gestos, movimientos, risas..., en realidad todo esto es muy fácil con cualquier niño, todo va muy fluido; les enseño mi móvil (sin abusar), vemos historias de algunas redes sociales divertidas, se mean de risa, flipan de curiosidad, imitan las voces de este otro mundo occidental tan desconocido para ellos; les llama la atención el fútbol, la música, los bailes, las risas, los cómicos, los chistes, en general todo esto es nuevo para ellos y les divierte muchísimo casi cualquier cosa que vemos. Se lo están pasando genial. En un momento dado, aunque nunca suelo ofrecer comida que no sea algo habitual a lo que están acostumbrados a comer (sobre todo por no romper con su hábitos, con su día a día), esta noche hago una pequeñísima excepción (en petit comité) y comparto con mis amiguillos algo de chocolate; les encanta; el más pequeño no se separa en ningún momento de mi lado, me da la mano todo el rato y me mira sonriendo. Me emociona muchísimo esto aunque no lo demuestre; a veces tengo que mirar para otro lado.

Sentados en la noche, a la luz de la luna llena, todos juntos observamos la dureza del devastado paisaje africano, el humo de alguna lejana hoguera serpentea al fondo...; comemos chocolate, reímos, hablamos en voz muy baja. Siento el agradable calor de la piel áspera y cuarteada del más pequeño de mis niños-vaca.

Y muy dentro de mi, en lo más hondo de mi ser, tengo ganas de llorar de felicidad. No me interesa saber el motivo. 

Es todo tan simple, tan de verdad, tan instintivo, es todo tan sencillo...



My World Vision:

Mis niños-vaca. Gracias.





                                                                                                                    MoOn

                                                                                                         Carlos Infante Luna

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